Puede que nunca hayas oído hablar del Pinckwashing o que no tengas muy claro a qué se refieren cuando se menciona este término; sin embargo, es algo mucho más frecuente de lo que podamos pensar.

El término procede de la combinación de las palabras en inglés pink (rosa) y whitewash (blanquear), así que se refiere a esa actividad que constituye un auténtico lavado de cara.
Empresas, organizaciones, políticos e incluso gobiernos aprovechan el 8M, Día Internacional de la Mujer, para hacer un lavado de imagen rosa.
De tal modo, hay empresas que utilizan este tipo de estrategias, aunque en realidad la causa que apoyan no tenga nada que ver ni con su imagen ni con su marca ni con sus políticas. Sin embargo, a través de este marketing, tienen como objetivo parecer modernas, tolerantes, inclusivas y reivindicativas, y así se muestran a los potenciales compradores, consumidores y usuarios.
Las redes sociales han facilitado a estas empresas abordar tales prácticas de manera sencilla y barata, a través de mensajes en los muros, tuits de apoyo, imágenes, vídeos y declaraciones que, cuando hablamos de purplewashing, son por completo efímeros y oportunistas. El público más despistado puede no darse cuenta de ello, pero cada vez hay más personas que detectan estas tácticas impostadas por parte de algunas empresas, marcas y organizaciones.
Decir y hacer, esa es la cuestión!
La organización publicitarias.org comparte 3 recomendaciones para evitar el pinkwashing este 8 de marzo:
- Preguntarse si el #8M es relevante para la marca: no es necesario que las marcas hablen de todos los temas. Si una empresa tiene intereses muy diferentes a los reivindicados por la lucha del movimiento de mujeres es al menos sospechoso que muestren su interés justo ese día.
- Hablar de la fecha y la problemática que viven las mujeres antes que de la marca: la prioridad del día no es aumentar las ventas, sino acompañar con una acción de comunicación.
- Consultar con especialistas en temáticas de género: muchas marcas debieron bajar contenidos publicitarios por tener contenido ofensivo para diversos grupos. La mejor manera de evitar este tipo de escándalos es sumar a personas formadas en las temáticas que a la marca le interesa manifestarse antes de hacer públicos los contenidos.
Consecuentemente lo más potente para las marcas es abordar las temáticas de manera interna y externa, siendo así lo más genuino para todos los públicos que se involucran con la organización.
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