El 2 de abril de 1982, el gobierno de facto argentino dispuso el desembarco militar en las islas Malvinas y de esta manera dio inicio a la guerra con Gran Bretaña. El conflicto finalizó el 25 de junio, dejó un saldo de 650 combatientes nacionales y 255 soldados ingleses muertos. Esta guerra marcó como casi ningún otro acontecimiento la historia contemporánea argentina y sus consecuencias continúan hasta el presente, cuarenta años después.

Resulta escalofriante conocer las cifras de suicidios de los veteranos de Malvinas. Los 52 casos informados por el Ejército y la Armada resultan cifras ínfimas en comparación con las estimaciones de asociaciones de excombatientes, que aseguran que fueron más de 500 los veteranos que se quitaron la vida. Y se habla de 2500 muertes asociadas a los efectos traumáticos de esa guerra a lo largo de estas décadas.
Las complejidades de los traumas posguerras ha sido uno de los temas estudiados por el psicoanálisis durante la Primera Guerra Mundial y por las cuales sus teorizaciones se volvieron “famosas”. Freud sostuvo del trauma de guerra como aquello inasimilable, aquello que no retorna al mismo lugar sino que nunca se fue, apareciendo como si continuáramos en aquel día, volviendo en pesadillas una y otra vez.
A continuación, algunas de las principales consecuencias en la salud mental de quienes vivieron directamente la guerra:
1. Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
Muchos soldados sufrieron de TEPT después de la guerra, una condición mental que se manifiesta en personas que han experimentado eventos traumáticos. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Recuerdos intrusivos: Revivir los horrores de la guerra, como las explosiones y las muertes de compañeros.
- Ansiedad extrema: Miedo constante, nerviosismo o preocupación excesiva.
- Evitar recordatorios: Evitar lugares, personas o situaciones que puedan recordarles la guerra.
- Dificultad para dormir: Pesadillas o insomnio debido a los traumas vividos.
2. Depresión
Muchos veteranos experimentaron una depresión profunda como resultado del horror de la guerra, la muerte de compañeros y la sensación de abandono por parte del gobierno argentino tras el regreso. Algunos síntomas incluyen:
- Sentimientos de desesperanza.
- Pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras.
- Aislamiento social y dificultades para relacionarse con otros, incluso con la familia.

3. Adicciones
La incapacidad para lidiar con el trauma llevó a algunos veteranos a recurrir al abuso de sustancias, como el alcohol y las drogas, para intentar mitigar el dolor emocional y psicológico. Esto agravó aún más su bienestar mental y físico.
4. Dificultades en la reintegración social
Al regresar a la vida civil, muchos excombatientes encontraron dificultades para adaptarse. La falta de apoyo psicológico y la estigmatización social por parte de la sociedad argentina contribuyeron a que muchos veteranos se sintieran desvalidos, incomprendidos o incluso rechazados.

5. Sentimiento de culpa y sufrimiento moral
Algunos veteranos experimentaron lo que se conoce como culpa del sobreviviente, ya que no pudieron evitar la muerte de compañeros de armas o se sintieron responsables por las decisiones que tomaron durante la guerra. Esto generó sentimientos de vergüenza, culpa o una sensación de inutilidad.
6. Impacto en la identidad nacional
El trauma de la guerra también afectó a la identidad colectiva de la sociedad argentina. La confrontación con la derrota y la pérdida de las islas Malvinas provocó un proceso de reflexión y crisis sobre la identidad nacional y la memoria histórica del país, que afectó tanto a los veteranos como a la población en general.

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